sábado, 12 de noviembre de 2016

Transmedia for Change y Activismo Transmedia - Belén Albiol

Transmedia For Change según se explica en su web, “crea historias que impulsan un cambio positivo dentro de nuestra cultura en red”. Las historias transmedia “unen, inspiran y atraen audiencias tanto dentro como fuera de la red”. Gracias a la tecnología, que ofrece las herramientas para empoderar y movilizar la participación de las audiencias, se hace posible co-crear soluciones reales para la activación de un cambio positivo en la sociedad.

El objetivo de los proyectos de Transmedia For Change es proporcionar a la audiencia la oportunidad de expresarse, participando a la vez en una solución, a través de la creación de activos de alta calidad de propiedad intelectual y la oferta de servicios de asesoramiento estratégico a marcas, agencias gubernamentales y causas alrededor del mundo.

Robert Pratten, consultor transmedia y desarrollador de Conducttr, dice del Transmedia for Change que es un paraguas conceptual que engloba:

  • Activismo transmedia, que busca cambios en la sociedad o comunidad.
  • Crecimiento personal, en cuanto a cambios en el estilo de vida y desarrollo personal.

La relación de la audiencia con los mensajes recibidos cambia de forma constante. Solo aquellos mensajes a los que se les concede credibilidad son útiles como elementos de cambio social en una comunidad. El Transmedia for Change se basa, según Pratten, en creer que las historias importan y necesitan ser contadas a la gente adecuada en el momento adecuado. Esto remite a las tres Cs de la Narrativa Transmedia, que ya comentamos la semana pasada, más concretamente a la Conveniencia.

Además, los proyectos del Transmedia for Change deberían ofrecer un camino hacia el éxito, es decir, ofrecer soluciones a los problemas que se relatan. El Transmedia for Change apela a los narradores -storytellers- a:

  • Atraer al público mediante mensajes positivos que inspiren y motiven mejores elecciones.
  • Ofrecer soluciones.

En esta línea, Robert Pratten afirma que “los creadores deberían ir más allá de la concienciación como meta, y pensar cómo sus proyectos pueden ofrecer soluciones. Contar las historias de gente olvidada o dejar a la gente contar sus historias no es suficiente, pues sigue siendo tan solo contar y no hacer”.

No obstante, Pratten matiza que algunas herramientas de la narrativa transmedia, en concreto los webdocs -muy utilizados en el activismo transmedia-, no siempre son las oportunas o no se utilizan adecuadamente. Esto se debe a que el valor del diseño del proyecto atrae la atención hacia sí, alejándola del mensaje y no permitiendo al receptor sumergirse plenamente en la historia.

Centrándonos más en el activismo transmedia, cabe destacar la web transmedia-activism.com, que se define como un marco de referencia que trata de crear impacto social mediante el uso del storytelling por un número de autores que comparten bienes y crean contenido para la distribución a través de múltiples plataformas mediáticas. Este contenido pretende aprovechar las distintas formas de los medios para influenciar la acción social, y se realiza bajo licencia de Creative Commons.

Las creadoras de la web son Vicki Callahan y Lina Srivastava. Vicki Callahan es profesora de práctica cinematográfica en el University of Southern California’s Institute for Multimedia Literacy (IML), en la School of Cinematic Arts, además de autora de diversos proyectos, entre los que se encuentra la web Feminismo 3.0. Sus intereses en el cine mudo, la teoría feminista y los medios digitales se cruzan en torno a cuestiones de tecnologías emergentes/perjudiciales, nuevos modos de narración y justicia social.  Nos centraremos más en la segunda, Lina Srivastava.

Srivastava (Lina Srivastava Consulting LLC) acuñó el término Activismo Transmedia para explicar cómo utilizando estrategias narrativas y de comunicación se puede llegar al cambio social, y es asimismo una de sus figuras más significativas. Se centra en emplear estrategias, innovación y el compromiso de los medios para crear cambio social.

La autora y activista señala que la estrategia del activismo transmedia pasa por crear un fuerte impacto social que sirva para unir a una comunidad, llegando así a aumentar su influencia. Los medios para llegar a esto son la colaboración, la co-creación y la cooperación entre los autores, los actores implicados -stakeholders- y la comunidad,  idénticos parámetros que en el transmedia tradicional, pero aplicados al activismo. El concepto de activismo transmedia se convierte en “la capacidad de unificar la historia al servicio de una causa”.

Sin embargo, el Activismo Transmedia también está sujeto a la controversia y a transformaciones, como en el caso de Change.org, que a finales del 2012 comenzó a aceptar propuestas de todo tipo, sin importar su ideología o fines. Otro ejemplo sería la campaña en contra de la candidatura #Madrid2020 a los Juegos Olímpicos, que planteaba una visión distinta del proyecto. Ambos casos fueron motivo de polémica, demostrando que hay conceptos a debatir en el ámbito del Activismo Transmedia.

El primer proyecto de Lina Srivastava fue Born into brothels:


En su visita a la india para la realización de un reportaje sobre prostitución, una fotógrafa conoció a niños que vivían en situación de pobreza y que, curiosos, querían aprender a hacer fotografías. Esto dio la idea de rodar una película, donde el interés de los niños por el arte fue la herramienta para mejorar su forma de enfrentar la vida, una potente historia sobre el poder del arte y su capacidad para influir en la sociedad.

Antes de que fuesen utilizados los términos transmedia o crossmedia, los desarrolladores del proyecto crearon una plataforma web cruzada, utilizando como contenido la película, las fotografías que hicieron los niños, cortos, postales, calendarios y un libro. Así se recaudaron fondos, utilizados después para financiar  una escuela en el Barrio Rojo de Calcuta, y la película llegó a ser galardonada con un Oscar. Actualmente “Kids with cameras” es una asociación que sigue realizando iniciativas para recaudar fondos.

Algo más frustrante, cuenta Srivastava, fue su proyecto en Darfur, The devil came on horseback:




Para este proyecto se siguieron las mismas pautas que en Kids with Cameras:  realización de videos, utilizando fotografías tomadas por los participantes y creando una plataforma web. Esto generó una fuerte participación, que derivó en una comunidad más activa. El objetivo del proyecto era acabar con la crisis en Darfur. Aún con el éxito en cifras y participación, Lina Srivastava cuenta que determinados proyectos de activismo social se encuentran sometidos a fuertes tensiones geopolíticas, por lo que un gran éxito en cifras puede resultar aún así un fracaso en la práctica.

En 2008, Lina Srivastava descubrió el concepto Transmedia, divulgado por Henry Jenkins, tomando conciencia de que el concepto era traspasable al activismo, lo que dió pie al Activismo Transmedia. Uno de los últimos proyectos de Srivastava es una campaña transmedia de activismo social que ha logrado una gran trascendencia, Los invisibles, un viaje oculto a través de México, relatado por Gael García Bernal, y promovido por Amnistía Internacional.




En conclusión, el Activismo Transmedia es útil y logra alcanzar sus fines, pero también es difícil prever cuándo funcionará o no una campaña, tal y como ocurre con el activismo tradicional. Es necesario continuar trabajando por una sociedad más justa, y el transmedia puede ser una gran herramienta para difundir ideas e influenciar la opinión pública de una forma más actualizada.

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