viernes, 28 de octubre de 2016

NARRATIVA TRANSMEDIA: UNA CUESTIÓN DE EMOCIÓN - Marina Arias Torres

Al final, el éxito de la Narrativa Transmedia reside en una particularidad intrínseca de esta: el consumo activo. Se suele definir el Storytelling como “el arte de contar historias”, pero me gusta dejar de lado los convencionalismos y conocer otros análisis que van muchos más allá, como el que aporta Snijders, puntualizando que es “el arte de dar sentido”. Este término abarca dos actividades, la de contar y la de reelaborar, apelando al vínculo que se debe crear entre el narrador y su público.

El arte de dar sentido, el arte de la experiencia. Esa es la estrategia del storytelling, la vivencia de la experiencia a las que damos forma con el fin de ser compartidas. El mensaje es el que da coherencia y valor a la experiencia, si el mensaje no es claro, desaparece el significado y la creación de la experiencia. Así pues, esta capacidad de la Narrativa Transmedia de hacernos vivir la experiencia, supone la razón por la que se crea esta conexión narrador-público. Surge entonces un vínculo emocional que, para no resquebrajarse, se deberá atender a la solidez del mensaje, la interpelación continuada y personajes arquetípicos.
Podemos decir que la transmedialidad se constituye como la unión de las múltiples subjetividades que la configuran. Podemos sacar algunos datos comunes a toda narración transmedia si decidimos analizarlas a partir de su componente emocional:
  • Postura activa del usuario: habla, interpreta, valora, opina, pregunta, propone...
  • Reacciones psicofisiológicas y estímulos afectivos
  • Identidades compartidas siempre que la historia aporte emocionalidad e identificación individual o colectiva
  • Una acción tanto subjetiva como social que permite la constante reelaboración de relatos, evolucionando con las disposiciones de los consumidores

Bien, este espacio de sistemática emoción se extiende a diversas prácticas sociales transmediáticas. Una de ellas puede ser el Periodismo Transmedia, donde las historias son contadas mediante plataformas interactivas que potencian la participación y acción ciudadana. De hecho, podéis profundizar más sobre este tema accediendo a la entrada de esta semana de mi compañera Helena, donde el rol del lector ayuda a la co-creación de las noticias y el factor emocional implica su éxito o fracaso. La parte fundamental es la potenciación de la participación a nivel social y la producción de historias transversales que completan la original.

Resultado de imagen de emocion redes socialesAsimismo, la emoción se asienta como una gran potenciadora de los recuerdos. Sólo hace falta hacer un recorrido mental de aquellos recuerdos que se mantienen en  nuestra mente, para concluir que las personas recordamos aquellos momentos o historias que han entrado en contacto con nuestro sistema límbico, estableciendo algún tipo de emoción. Detalles importantes de nuestra vida son grabados en la memoria, mientras que el espacio ocupado por otras racionalidades que no se practican, como los problemas de física de la escuela o los nombres de los ríos y sus afluentes, con el paso de los años, acaban por desvanecerse. Por ello, el volumen de recuerdos imborrables a golpe de emociones, es el juego principal de toda publicidad. El storytelling consolida los recuerdos de aquellas marcas que quieren permanecer en nuestra retina y, más tarde, en nuestra memoria. En estos tiempos, hablamos de unos mensajes publicitarios que encontrarán su triunfo con la cesión de contenidos al usuario, quien pasa a ser un consumidor activo y participa en la cadena de valor de las creaciones.

Por último, la televisión social se establece como un fenómeno transmediático emergente, que ha conseguido compaginar el uso simultáneo de la televisión y las redes sociales de manera interactiva. Tiene un componente emocional, ya que el usuario de la información es un colaborador más de la creación de contenido, rompiendo así el consumo pasivo de la televisión tradicional. La apelación de la televisión social a los sentimientos del público consigue atarlo emocionalmente al programa, de manera que sienta necesidad de seguir atento, de crear nuevos contenidos a través de otras plataformas. Se logra una mayor fidelización de la audiencia: el espectador quiere saber más, interactuar en más canales, crear más relatos.

Nos encontramos con el caso de Salvados, programa presentado por Jordi Évole, donde se aportan diversos recursos narrativos que ayudan a las creaciones de nuevo contenido. Cada ventana permite desarrollar una nueva narración (internet, televisión, redes…), y todas tienen a su disposición diversos puntos de entrada de la historia. Salvados, gracias a su combinación de la información con el entretenimiento, se abren nuevas tendencias críticas y una interacción más cercana con el público. La cercanía ayuda a la creación de un vínculo emocional, así como el paso a un perfil de audiencia activa, logrando unos lazos de fidelidad entre esta y el medio.

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